Seamos parte de este proceso de cambio. Gracias Lety de
Criando, creando y Moni de
Familia Libre por dar comienzo a esta Fiesta Blogera de Lactancia.
Así que me uno al trabajo compartiendoles parte de mi experiencia en el asunto:
Cuando supe que comenzaba la germinación de una pequeña semilla en mi, el corazón se me lleno de mas amor y poco a poco notaba aquellos cambios que alteraban maravillosamente mi mundo; el cómo caminaba, como dormía (por cierto eso fue lo que más ;) ) incluso la manera de pensar, de ver todo a mi alrededor. Uno de los cambios que más me sorprendió se dio casi al final de los días de mí bebe en el vientre, fue la producción de leche, eso daba un aviso de su cada vez más cercano retorno.
Inicial y naturalmente, pensé que amamantar a mi pequeña seria lo primero que haría al momento de su llegada y no sabia por cuánto tiempo duraría, finalmente era lo de menos, aunque poco a poco me fui cuestionando aun mas y mas, comenzaban dudas externas sobre este tema tan sobresaliente y sin pensarlo ni investigar mas decidí que sería un año, pues es el tiempo que “la mayoría de las madres” dan a sus niños y niñas, y lo que es "bien visto", de igual forma y sin pensarlo conscientemente.
Llegue incluso a escuchar en algunas ocasiones el que algunas madres darían el tiempo que el niño quisiera y errónea e ignorantemente pensé: "! Si fuese decisión del niño jamás la dejaría!".
¡Finalmente nació mi pequeña! aunque no de la forma que considero necesariamente debiera de ser, pero sana después de todo, ningún familiar pudo acompañarme en el momento del parto pero su apoyo fue fundamental y alentador.
Todo comenzó la noche del jueves 25 de marzo con contracciones no dolorosas por lo que comenzamos a estar alertas sobre su constancia e intensidad, para el día siguiente las contracciones eran fuertes, ya dolorosas y más constantes aunque con un intervalo de tiempo un poco largo por lo que asistimos al hospital, aunque realmente la asistencia en ese momento fue porque llevarían a cabo un estudio del corazón de mi pequeña, el cual ya indicaba la presencia de contracciones.
Los doctores al realizarme el tan temido y lastimoso "tacto" me decían que no era aun el momento pues la dilatación apenas comenzaba a acercarse a 2 cm. esto me lo indicaban una y otra vez cada que asistía a revisión. Aunque no debí asistir tantas veces, mi preocupación comenzaba pues pasaban los días y mi cuerpo estaba cansado, sin alimento y sin lograr dormir pues las contracciones no me lo permitían.
La madrugada del domingo 28 de marzo, asistí a otra revisión, fue exactamente la misma respuesta que en las anteriores ocasiones. La doctora, supongo yo, viéndome cansada y un poco desesperanzada al decirme que regresara nuevamente, sin más ni más, rompió la fuente y me dijo que ya podría quedarme, me llevaron a mi camilla, aplicaron el suero y
oxitosina (sustancia que produce el cuerpo naturalmente para la inducción del proceso de parto)
Todo el proceso comenzó con mayor fluidez, la intensidad de las contracciones aumento, y el tiempo entre una y otra disminuyo dramáticamente haciéndose cada vez más constantes, teniendo ya 6 cm de dilatación me aplicaron “la epidural” y casi inmediatamente me llevaron a la sala de expulsión pues mi niña "
estaba en la puerta" :).
El parto fue un poco largo, dijeron, aunque no recuerdo que así haya sido (o será que acababan de aplicarme la anestesia por lo cual no estaba totalmente consiente). A pesar de haber sido un parto " natural" apenas logre ver un poco borroso entre mis piernas, un cuerpecito cansado y decaído, sin fuerzas, ni llanto alguno pero con muchas ganas de vivir. Inat mi pequeña, después de unos segundos de trabajo de Inat y de los médicos, recupero su salud, color y llanto.
La enfermera se acerca y mi dice: - la ves? está bien, mejoro muy rápido pero para asegurarnos que todo esté en orden la llevaremos a observación.- No pude tocarla, ni cargarla, ni siquiera pude verla bien a causa de los efectos de la anestesia. Mi idea de amamantarla inmediatamente después de que naciera no fue puesta en práctica y yo recostada en observación, solo esperando a que la trajeran, observando cómo madres acabando de parir suben a Piso ya con sus pequeños en brazos y estos a su vez, alimentándose y recibiendo el mejor y mayor beneficio que pueden recibir de su madre: amor, cariño, seguridad, salud y alimento.
Inat estuvo en ayuno y observación durante dos días, pues su intestino- me dijeron ellos- podía haber sufrido algún daño al faltarle la respiración al nacer, al 3er día probaron dándole suero, al recibirlo bien dieron calostro que deje (muy poco pues me fue imposible sacar suficiente como para alimentarle) y al siguiente día ya pude alimentarla en brazos de la leche que Dios me dio para ella.
Mi pequeña niña salió el día viernes, ya cinco días después de haber permanecido en el hospital, sola y solo pudiendo visitarla dos veces al día por una hora. Tenerla en mis brazos fue lo mejor que me haya pasado, aunque estaba muy lastimada sin saberlo por no haber estado con ella esos días que para mi fueron eternos.
En el tiempo que la enfermera me pidió calostro, y aun a pesar de que casi no salió nada, al siguiente día no aguantaba el dolor por la mañana, por la abundante producción de leche que esto genero. Al visitar a Inat en el hospital y escuchar su llanto, la leche comenzaba a fluir inevitablemente, una de las cosas más bellas es que nosotras, nuestro cuerpo sabe el tiempo, los niños saben también sus tiempos y solo hay que saber escucharlos no hay nada que realmente pueda ayudarnos más que escuchar nuestro interior, nuestro instinto a nuestro corazón.
Ahora al transcurrir todo este tiempo y ese acontecimiento que ha marcado mi vida, he decidido no forzar ni complacer a nadie más que a Inat y a mí. Llevo amamantándola un año con cuatro meses y ambas nos iremos adecuando a nuestros tiempos, a nuestras necesidades y tomaremos las decisiones juntas con mi pareja. Y si ahora me preguntaran, cuánto tiempo daré de mi leche a mi pequeña, diría que hasta que llegue el momento, nuestro momento. También ahora sé que no puedo dar mejor recomendación a otras madres en cuestión a la
lactancia, que mi experiencia.
Cada una de nosotras deberá escuchar su corazón y su sentir, deberá educarse, amarse y respetarse a sí misma, a su pequeño y a la vida, para lograr encontrar la verdad y poder realmente satisfacer las necesidades, no solo de un miembro de la familia, sino de toda la familia.
Abrazos, saludos y bendiciones para todos y todas, y para sea cual sea la decisión que tomen en cuestión a educación y
crianza.
¡Amor!
<script src=”http://www.linkytools.com/basic_linky_include.aspx?id=35677″ type=”text/javascript” ></script>